Ardilla sedienta levanta sus brazos en el aire. Pide la botella de agua mientras el hombre se da cuenta de lo que realmente quiere

He hecho campamento en el desierto, y si bien podría parecer una obviedad, ¡guau, qué calor hacía! Si has estado allí, sabes a lo que me refiero, y los que no, por favor, permítanme esbozar una semblanza. Imagínense de pie en un sauna. Uno seco. Luego, imaginen que sostienen un secador de pelo en una mano, apuntado hacia su rostro. En la otra mano tienen un puñado de arena. Con el aire caliente del secador apuntado a su rostro, ahora imaginen que espolvorean lentamente la arena frente a ustedes. Eso, damas y caballeros, es un día en el desierto.

Ahora, tomen eso y piensen en llevar un grueso traje de piel de la cabeza a los pies, con una gran cola peluda incluida. Creo que esto describe con bastante precisión lo que debía estar sintiendo esta pequeña ardilla.

Paul Camps, de Gloucester, Inglaterra, estaba recorriendo el hermoso y vasto Gran Cañón en Arizona. En un día cálido y árido, típico de la zona, Paul vio algo moverse rápidamente junto a sus pies, sobre el terreno rocoso. Miró más de cerca y vio que era algo que conocía de su hogar: ¡una ardilla! Pero esta no era una ardilla común con la que Paul estuviese familiarizado. Esta actuaba de un modo algo humano, y parecía un poco desesperada. El peludo animal comenzó a seguir a Paul con sus brazos extendidos. Intrigado, el turista se movió hacia su novia para tomar su botella de agua, de manera tal de liberar sus manos para que pudiese tomar una fotografía. Fue durante ese intercambio en el que la novia tomó el agua ¡cuando la ardilla cambió la dirección de su mirada y su foco! ¡Sólo tenía ojos para el gran premio, y el premio era la botella de H2O!

Paul y su novia vieron lo que pasaba y se dieron cuenta de que debían ayudar a este muchacho. Se arrodillaron y este pobre muchacho bebió de la botella, como un humano diminuto! Sus brazos están levantados, y sus manos lo ayudan a asegurar la botella contra su boca, mientras bebe con gran deleite. ¡Qué extraño comportamiento humano para una ardilla! Tiene sus propias ideas. ¡Y qué historia divertida para llevar a casa! Paul menciona que luego de que el bicho bebiera el agua, él ya no bebió de esa misma botella. Esto me recuerda al juego de las charadas: ¡la pequeña ardilla actuando el agua y Paul y su novia como los compañeros del animal!

Haz clic abajo para ver este acto de amabilidad que trasciende etiquetas como “humano” y “animal”.