Elefanta bebé está aburrida. Y entonces usa su “Plan B” para hacer que el cuidador juegue con ella.

¡No sólo los humanos desean amor, atención y mimos! Más allá de gatos y perros, hay muchos animales en la naturaleza —y en los zoológicos— que necesitan unos pocos o muchos cuidados amorosos y tiernos. Ya sea que le froten la espalda o la panza, un juego de buscar o quedarse allí jugando, todos los animales quieren interactuar. Y si hay algo de juego, ¡mejor!

Este es un video realmente adorable de una elefante bebé en el zoológico de Pittsburgh. Su cuidador o, por lo que se ve, su mejor amigo, está sentado ocupándose de sus propios asuntos ¡cuando ella aparece, lista para retozar y jugar!

Aunque pensamos que el juego y la diversión y el sentido del humor son propios sólo de los humanos, las investigaciones declaran otra cosa, especialmente para los elefantes. Estos amables gigantes son muy inteligentes y tienen un gran corazón. También tienen un lado alegre que se presta a la diversión y a un sano desarrollo de habilidades sociales y crecimiento físico cruciales para la supervivencia y para la integración en la manada. También es verdad esto para adaptarse a los humanos en un zoológico o un santuario.

Los elefantes juegan en una variedad de maneras. No es de sorprender, quizá debido a su corta edad y la cantidad de energía o su entusiasta interés por explorar y aprender sobre todo lo que los rodea, los más jóvenes son los más juguetones.

Y cuando esta cría se encontró aburrida mirando a un humano sentado sin hacer gran cosa, pensó que podía ir a jugar con él e iluminar su día. Es tan adorable ver cómo se aproxima a él, sin ser consciente de su enorme tamaño comparada con un humano. Al principio frota su pierna y levanta su pie para hacerlo levantarse y moverse. Su trompa lo envuelve, y parece que intentara levantarlo, como diciendo: “¡Levántate! ¡Ven a jugar conmigo!”.

Él no se mueve, y ella intenta un enfoque diferente. ¡Se pone de espaldas a él y se sienta en su regazo! La elefanta bebé intenta colocar todo su peso sobre él, como forma de obligarlo a levantarse. Quiere que le preste atención, y sigue así un rato hasta que se da por vencida y se va: ¡“Olvídalo. No eres divertido…”, debe estar pensando! Él se inclina para darle un pequeño tirón a su cola, pero allí termina todo. Ella lo intentó. ¡Y se va en busca de diversión a otra parte!

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