Jóvenes voluntarios leen historias a personas mayores para hacerles compañía

Investigaciones han probado que cuando los ancianos están aislados y faltos de una interacción social adecuada, es más probable que experimenten problemas de salud y que puedan enfrentar una mayor tasa de mortalidad. Tiene sentido: la necesidad de socializar está en nuestros genes y, si nos privan de ella por extensos períodos de tiempo, comenzamos a sufrir a nivel mental y emocional. Y, como muchos saben, nuestro bienestar mental y emocional está interconectado con nuestra salud física.

Un programa del Reino Unido llamado the Reading Agency (la Agencia de Lectura) ayuda a la población anciana a combatir la soledad de una manera simple pero efectiva. La agencia tiene voluntarios jóvenes para ayudar a leer a ciudadanos mayores, especialmente aquellos con problemas de visión o demencia.

Lorna Burnett es una beneficiaria del programa. Burnett es una ex bibliotecaria que solía leer aproximadamente dos o tres libros por semana. Sin embargo, cuando le diagnosticaron lupus a sus cuarenta y pico, esto dificultó su capacidad para leer, e incluso de mirar televisión, pues le dolían los ojos luego de un rato (personalmente, no puedo imaginar lo devastador que sería ser incapaz de participar en un pasatiempo que amas por un revés físico).

BBC

Pero por suerte para Burnett, se conectó con una voluntaria de 15 años que lee libros para ella. Ambas terminaron conectando y convirtiéndose en buenos amigos.

“Elijo un libro y ella viene y me lo lee”, dijo Burnett a la BBC. “Pero hasta ahora solo hemos leído dos libros, porque terminamos charlando demasiado. Hemos leído dos novelas históricas… y nos llevamos muy bien.”

Muchos otros ciudadanos mayores han sido alcanzados por el programa, que fue fundado en 2017. Hoy, la Agencia de Lectura sigue proporcionando tanto sesiones de lectura uno a uno y grupales para ancianos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Quienes forman parte del programa son firmes creyentes de que la lectura mejora la salud emocional de los mayores, a la vez que mejora sus capacidades cognitivas.

La encargada de idiomas y lectoescritura de la Escuela Secundaria Bannockburn, Ruth Sheppard, es una de las personas que ayuda a incentivar a jóvenes voluntarios a participar en el programa.

“Tenemos a maravillosas personas jóvenes en nuestra escuela y queremos incorporarlos a la comunidad”, dice Sheppard en una entrevista con la BBC.

Gracias a los desinteresados voluntarios, los ciudadanos mayores involucrados potencialmente pueden tener una mejor calidad de vida, junto con cortas sesiones de lectura y breves interacciones sociales.

“Ha sido fantástico verlos florecer a la vez que mejoran su capacidad de lectura y sus habilidades sociales”.

¡Personalmente creo que debería haber más programas como este en todo el mundo! Todos los involucrados, desde el voluntario hasta el destinatario, pueden beneficiarse.