Algunos podrían argüir que los perros sólo son leales porque dependen de su dueño para alimentarse y beber. Seguro que eso es parte de ello, pero luego de ver un perro reunirse con un amigo canino o un dueño humano perdido hace largo tiempo, es obvio que hay un vínculo. ¡Los perros no olvidan! Su memoria, sentido del olfato, instinto para querer vincularse y ser queridos, todo eso se añade a su capacidad de amar incondicionalmente, ¡y de recordar a quién aman!
En este fascinante video de la juez Judy, la juez favorita de América, termina el caso de la corte de una forma precipitada, pero honesta y reveladora.
La acusada, una mujer, compró el adorable pequeño chucho blanco en cuestión, Baby Boy, en la calle, fuera de un centro comercial, por $50. Compró el perro y afirma que el perro es de ella, mientras que el demandante, el hombre, dice que Baby Boy es de él. Cuando la juez Judy comienza a evaluar el caso, envía a una mujer que estaba allí a buscar el perro; la juez Judy quiere ver hacia quién corre el perro, pensando que la persona que el perro elija es el dueño.
La acusada muestra a la juez documentos del veterinario diciendo la raza y la edad del perro. También tiene un certificado de salud, pero la jueza no se impresiona con ello. La otra mujer regresa trayendo el perro a la sala, y la juez Judy le ordena que “Ponga el perro en el suelo”.
Puede escucharse en el fondo la voz asustada de una mujer diciendo: “No lo hagas… no lo hagas… no lo hagas…”. ¡Y entonces puedes ver hacia quién va el perro! La sala estalla y todos aplauden y vitorean. “Eso es todo. Lleve el perro a casa”. ¡Caso cerrado, y perro y dueño reunidos!
Haz clic abajo para ver esta sencilla pero reveladora táctica.