Marine pasa la noche en habitación del hospital de papá agonizante, pero la enfermera descubre que en realidad no es su hijo

Las historias de ficción, a pesar de ser imaginarias, puede tener un profundo impacto en quienes las leen. La ficción nos enseña lecciones, nos hace sentir menos solos, y nos da esperanza. Vamos a compartir una historia de ficción sobre un inspirador marine que deja a todos asombrados cuando su historia fue publicada en la edición de septiembre de 1965 del “Reader’s Digest”.

La historia se llama “Guardia Nocturna”, y fue escrita en 1964 por Roy Popkin. El video adjunto abajo es esta historia en forma de un episodio de casi 9 minutos.

¡Vamos a sumergirnos en esta corta historia!

“Su hijo está aquí”, dijo la enfermera al anciano. Tuvo que repetir varias veces las palabras antes de que los ojos del hombre se abriesen. Estaba fuertemente sedado y solo parcialmente consciente luego de un infarto masivo que había sufrido la noche anterior. Pudo vislumbrar la borrosa silueta de un hombre joven con uniforme del cuerpo de Marines de pie junto a su cama.

El anciano estiró su mano. El Marine envolvió sus curtidos dedos alrededor de la blanda mano del anciano y apretó suavemente. La enfermera trajo una silla, y el cansado soldado se sentó junto a la cama.

Durante toda la noche el joven Marine se sentó en la pobremente iluminada sala, sosteniendo la mano del anciano y ofreciendo palabras de aliento. El agonizante no dijo nada, pero mantuvo un débil apretón sobre la mano del joven. Ajeno al ruido del tanque de oxígeno, los gemidos de otros pacientes y bullicio del personal nocturno que entraba y salía de la sala, el Marine permaneció junto al anciano.

De vez en cuando, cuando ella se detenía para controlar a sus pacientes, la enfermera escuchaba al joven Marine susurrar algunas palabras de consuelo al anciano. Varias veces en el curso de esa larga noche, regresó para sugerir al Marine que se fuera para descansar un poco. Pero cada una de esas veces el joven se rehusó a hacerlo.

Cerca del alba, el anciano falleció. El Marine colocó la mano sin vida del anciano en la cama y fue a buscar a la enfermera. Mientras la enfermera se llevaba al anciano y se ocupaba de hacer lo que fuera necesario, el joven se quedó esperándola. Cuando la enfermera regresó comenzó a ofrecerle sus condolencias, pero el Marine la interrumpió.

“¿Quién era ese hombre?”, preguntó.

Perpleja, la enfermera respondió: “Era su padre”.

“No, no lo era”, respondió el joven. “Jamás lo había visto en toda mi vida”.

“¿Entonces por qué no dijo nada cuando lo llevé con él?”.

“Sabía que había habido un error de las personas que me enviaron a casa con una licencia de emergencia. Lo que sucedió es que había dos de nosotros con el mismo nombre, de la misma ciudad y tenemos números de serie parecidos. Entonces me enviaron por error”, explicó el joven. “Pero también sabía que él necesitaba a su hijo, y su hijo no estaba allí. Me di cuenta de que estaba demasiado enfermo para saber si era su hijo o no. Cuando me di cuenta de cuanto necesitaba tener a alguien allí, decidí quedarme”.

Ahora que hemos hablado de la historia, mira el episodio abajo, ¡y no olvides tener algunos pañuelos cerca!