Orgulloso papá cree que tuvo una buena idea, hasta que entra mamá y comienza a llorar

Mamás y papás, abuelas y abuelos, ¡todos tenemos diferentes maneras de ver las mismas cosas! Quiero decir, ¿no es eso ser humanos? Puedes mirar un vaso que está lleno hasta la mitad y algunos dirán “¡Está medio lleno!”. Otros insistirán en lo opuesto; “¡No, está medio vacío!”. Y cuando estás en una relación comprometida a largo plazo, ¡ya sabes cómo enfoca las cosas tu otra mitad!

Pero, ¿qué hay si te enfrentas a un problema único, como el de este video? ¿Queda media puerta, o media puerta se ha ido?

En este video comiquísimo y fuera de serie, papá nos cuenta que ya no quiere comprar otra puerta de escalera para mantener a su pequeño fuera del camino de problemas. Ahora, no es que papá no quiera proteger a su muchachito, ¡lo que no quiere es seguir tirando dinero en ello! Ya ha comprado cuatro, y siente que “…la casa es un extraño laberinto de cristal”. Por lo que papá tiene otra idea, pero es arriesgada.

La siguiente escena es papá apuntando su cámara a la puerta en cuestión. La cierra, ¡pero sólo queda la mitad! Este inventor poco sofisticado pero creativo ha cortado la puerta por la mitad y quitado la parte superior. El corte es justo sobre el pomo de la puerta, por lo que la parte inferior aún se cierra y traba. Hace una rápida demostración diciendo: “Esperen hasta que vea esto”, y luego mira por la ventana a mamá caminando con el bebé en brazos.

Mamá entra con sus ojos saliéndosele de las órbitas y su boca totalmente abierta. “¡¿Qué le has hecho a mi puerta?!” exclama. Está estupefacta por lo que él ha hecho, pero su sorpresa y espanto se convierten en risitas cuando toca su frente sin poder creerlo. No puede creer lo que ha hecho.
Mamá se ríe por la loca idea a prueba de bebés de su esposo, “¿Qué hizo papi esta vez…?”, ¡pero luego parece estupefacta otra vez! Va y viene, insegura de cómo sentirse al descubrir el estado actual de la puerta de la cocina. Se ríe, luego echa humo. Luego ríe, ¡y luego echa humo otra vez! Se pone aún más divertido cuando papá comienza a hacer chistes para suavizar la situación. La llama otra vez y ella le gruñe: “¿Qué?” apoyada en el nuevo pasaplatos. “No es ni la mitad de malo, ¿verdad?”.

¡Haz clic abajo para ver a papá poner a punto una solución original a un problema común! ¿A ti qué te parece?