Hombre observa a oso entrar en su jardín. Pero el trago que decide tomar esta muy fuera de lo común.

Tengo un gran jardín. Un jardín realmente grande, con muchísimo césped, una larga huerta, árboles y arbustos y setos que limitan el fondo. Algunos de los árboles son tan grandes y tan anchos que se necesitarían 5 personas para envolverlos con los brazos extendidos. Digamos que que mi jardín es un mini bosque. Y como cualquier bosque, sabemos que en él viven… ¡toda clase de criaturas! Uno nunca sabe que puede descubrir en la naturaleza, y así fue que Blancanieves se tropezó con los siete enanos, ¿verdad?

Si bien sé a ciencia cierta que no hay pequeños hombrecitos mágicos viviendo en los arbustos de mi jardín, he visto todo tipo de fauna urbana, como zarigüeyas, ciervos, mapaches, ardillas ¡e incluso un nevado búho blanco! Nunca he visto un oso (tienes que vivir en los límites de la ciudad para ver uno de esos donde yo vivo), pero no me cabe duda de que otros que viven más cerca de bosques podrían ver alguno. Mar Hough, de Altadena, California, tuvo un pleito con un oso, pero hubo algo bastante inusual respecto a este.

Cuando pienso en el avistaje de un oso, me imagino un gran oso viejo, hambriento, peligroso y en busca de su próxima comida. Imagino momentos como la escena del oso en Revenant: El renacido, donde Leonardo DiCaprio es sacudido, atrapado en las mandíbulas de la feroz bestia. Eso es lo que me viene a la mente, no lo que Mark vio suceder una tarde tranquila y soleada.

Mark estaba en casa un día particularmente caluroso, cuando de pronto un oso pardo entró a su jardín bamboleándose. El curioso animal anduvo un poco por la propiedad ¡cuando Mark notó que el oso levantaba un resto de un trago margarita y se lo bebió! Pero el oso quería más diversión.

Así que siguió investigando la zona cuando vio un perfecto pozo para nadar, el jacuzzi frío del dueño, que estaba encendido. El oso no perdió tiempo para meterse en él y ponerse cómodo, y un día caluroso, ¿quién no lo haría? Ya sea que el oso haya pensado que los chorros recordaban corrientes de un río o si simplemente disfrutaba de su improvisado día de spa, sin duda que este oso en un animal al que le gusta pasarla bien; y lo pasó tan bien en su fiesta de uno que, luego de todas las emociones, se tiró a dormir una siesta bajo un roble cercano, ¡y dio el día por terminado!

Haz clic abajo para ver a este cómico oso hacer lo que le viene en gana. ¡Creo que no todos los osos son tan grandes y terroríficos y quieren comerme!