Familia salva a oso que nada con la cabeza atorada dentro de un tarro de plástico

Probablemente hayas escuchado sobre tortugas marinas enredadas en bolsas de plástico, o patos que quedan atrapados en anillos de empaques de seis latas. Esto a menudo es resultado de que los humanos se deshacen de sus desechos negligentemente. Y aunque nos dicen que nos deshagamos adecuadamente de los desechos, reutilicemos o los reciclemos, algunas personas fracasan por no ver las consecuencias de su proceder.

No podemos obligar a todos a deshacerse de la basura o a reciclar o reutilizar adecuadamente las cosas reciclables. Pero lo que sí está en nuestro poder es arreglar lo que han hecho otros. Una familia de Wisconsin lo hizo a fines de junio, cuando estaban pescando en el lago Marsh-Miller, y se encontraron con un oso nadando con un tarro de plástico atorado en su cabeza.

Mientras viajaba en bote por el lago, la familia al principio no se dio cuenta de que el animal en peligro era, de hecho, un oso.

Brady Hurt, de 26 años, pensó que era una roca, hasta que comenzó a moverse. Y su padre, Brian Hurt, de 52 años, pensó que la criatura era un perro. Pero la esposa de Brian, Tricia, pensaba otra cosa.

“Dije: ‘Eso no es un perro. Creo que es un oso’”, dijo Tricia. “Cuando nos acercamos dije: ‘Sí, es un oso que tenía hambre y que su cabeza quedó atascada en un cubo’”.

Entonces, la familia hizo una pausa en la pesca y decidió aproximarse con cuidado al oso para intentar ayudarlo.

En la filmación, la familia conduce el bote bien cerca del oso negro que nada, y cuando están lo suficientemente cerca, Brady tira del tarro plástico vacío atorado en la cabeza del bicho. Para el momento en que se lo quitan, el oso respiraba con dificultad, y el tarro ya había comenzado a llenarse de agua.

¡Y no salió con facilidad! Si alguna vez usaste ese tipo de tarros plásticos, probablemente sepas lo grandes que son pero lo pequeña que es la boca, por lo que se comprende que el oso tuviera dificultades para quitárselo por sí mismo.

Por suerte, una vez que el tarro fue quitado, el oso pudo nadar de regreso a la orilla para ponerse a salvo.

Más tarde Tricia descubrió que el oso había tenido el tarro en la cabeza durante al menos tres días. El departamento de Recursos Naturales de Wisconsin había recibido informes de otros visitantes del lago sobre esta situación. Sin embargo, no habían podido localizar al oso.

La familia Hurt estaba muy agradecida de haber sido ellos quienes pudieron rescatar al oso.

Resultó que estábamos en el lugar correcto en el momento indicado”, dijo Tricia. “Honestamente creemos que si no hubiésemos corrido hacia el oso, no hubiera podido llegar a la orilla. Estaba muy desorientado, no sabía hacia dónde estaba la orilla y estaba muy cansado”.

Mira el salvamento del oso negro en el siguiente video.